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LA APROPIACIÓN CULTURAL EN LA MODA

Crear desde el respeto y el conocimiento es imprescindible para no caer en estereotipos ni ejercer ningún tipo de violencia para los demás



La moda muchas veces tiene patinazos… Es algo que debemos reconocer, pero sobre todo señalar. Uno de los más graves es la apropiación cultural, que consiste en la práctica de adoptar o usar elementos culturales arraigados a una sociedad muy concreta por parte de miembros de otra cultura, normalmente más privilegiada, con un fin principalmente estético.


Esta práctica no es nueva, un ejemplo de ello es Karl Lagerfeld en los 90, cuando confundió un verso del Corán con un poema de amor indio y lo plasmó en uno de sus corsets. Sin embargo, el impacto de las redes sociales y los medios de comunicación ha propiciado que este problema sea más visible, creando todo un debate en torno a él que no parece resolverse nunca. Y es que el problema de la apropiación cultural tiene una raíz muy clara: el privilegio.


¿HOMENAJE O PRIVILEGIO?


La cultura predominante, en este caso la occidental, es la que lleva a cabo con más frecuencia este tipo de prácticas, las cuales algunas veces se ocultan bajo el pretexto de ‘homenaje’. Sin embargo, el privilegio que envuelve a la cultura occidental (social, económico y político) hace que la gente que lleva a cabo prácticas de apropiación cultural acabe cayendo en la violencia. Utilizar los elementos más representativos de una cultura hace que las personas caigan en el estereotipo más obvio de lo que es la cultura mexicana, indígena o china. Carolina Herrera, en 2019, ejemplificó esto al crear una colección exclusivamente de estampados mexicanos. El privilegio, mencionado anteriormente, hace que esos elementos ‘representativos’ –como si toda una sociedad pudiera condensarse en tres cosas únicas– sean vistos únicamente como estética, lo que le resta valor a todo lo demás. Esta simplificación hace que las personas se acerquen a la cultura de forma completamente superficial, recreando estereotipos y con el privilegio de no sufrir la violencia que a diario sufren los integrantes de esa cultura simplemente por pertenecer a ella.


La apropiación cultural en la moda se encuentra íntimamente relacionada con las dinámicas de poder. La apropiación de determinados elementos culturales de colectivos racializados por parte de diseñadores de alta moda deviene necesariamente en una práctica política.


En el caso de la moda, el privilegio en esta práctica se vuelve aún más latente si cabe y abarca varios campos. Las marcas caen muchas veces en una simplificación excesiva de la cultura y en los estereotipos clásicos de la misma. Las formas de apropiación en la moda van desde el propio diseño en el que se muestran los elementos más estereotípicos de una cultura, hasta la forma de comunicar la propia marca. De igual manera, el nombre de una marca puede caer también en esta apropiación, por ejemplo cogiendo palabras de otras culturas sin tener demasiado conocimiento sobre lo que realmente significan o cayendo en las desacralización de palabras consideradas sagradas.

Al ser un campo creativo la moda puede tomar inspiración y referencia de otras culturas, pero siempre ha de hacerlo con conocimiento y respeto. Es por esto que las empresas tienen que empezar a controlar si se está cayendo o no en prácticas racistas, para tratar de solucionar una problemática que afecta a miles de personas en el mundo. De igual forma, escuchar a las personas pertenecientes a estas culturas en las que nos queremos inspirar es fundamental para conocer más sobre su historia, sus costumbres y el origen de los tejidos o estampados que vamos a usar. En algunas culturas, los colores también tienen significados y por ello, debemos ser muy respetuosos a la hora de inspirarnos en ciertos patrones. Crear desde el respeto y el conocimiento es imprescindible para no caer en estereotipos ni ejercer ningún tipo de violencia para los demás.


Escucha, entiende y respeta


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